miércoles, 14 de julio de 2010

EL ESPLENDOR DE PEKAR



1. EL CULPABLE

Este hombre se llama Harvey Pekar y a pesar de que acaba de morir, continuará siendo un presente eterno para el mundo del cómic.
Este tío desaliñado, hosco y aparentemente gruñón, es para mí -de alguna manera- el Woody Allen del cine. Contagiados ambos por el espíritu under de una época distorsionada por las drogas, las guerras y las libertades sexuales, buscaron refugio en sí mismos contando historias que les ocurrían con la compleja simplicidad y transparencia que resulta de sentirse un perdedor, temeroso o anti-héroe en una américa de falso esplendor.
Tanto uno como otro buscaron retratar el realismo de sus días escapando a las reglas establecidas que el marco de sus géneros preferidos, les dictaban. Así, Woody fue retratando en sus películas aquello que comenzó contando en sus monólogos y artículos de prensa, decorándolo con un poco de amargura y psicoanálisis, pero siempre dentro de un contexto realista (con pequeñas dósis ocasionales de elementos mágicos). Mientras que Harvey buscó retratar con su limitado trazo y su ácido -y extraño- humor huraño, los días que le tocaban vivir mientras esperaba que algo grande ocurra. Sin darse cuenta, este hombrecillo estaba creando con sus cómics, un estilo único para entonces: el del cómic auto-biográfico.
Así que ya saben, este tipo sentó las bases de lo que hoy es el estilo de cómic que más nos venden (luego del manga y los super-héroes, sí).


2. EL FEO


Este hombrecillo además, nos vino a demostrar que lo importante en el cómic no estaba en los cuerpos musculados, ni en la intensidad de los colores, ni en las mujeres desnudas y hermosas, sino también en lo que se cuenta, en la anécdota y la reflexión, sin necesidad de recurrir a un dibujo "preciosista".
Así, el cómic podía presentarse feo, desaliñado e inacabado y aún así, con cosas para decir; algo que conecte con nosotros y nos conduzca a nosotros mismos, quizás situándonos un poco en el contexto de una sociedad que para muchos, está hecha para pocos pero al leer algo de este estilo, descubrimos que somos más de los que pensábamos. En cualquier caso, son cómics -que a mí- me llevan a reflexionar la mayoría de las veces.



3. UN AMIGO

Pero como ocurre la mayoría de las veces, uno solo contra el mundo no es suficiente, y necesitamos de alguien que nos dé una mano. A Harvey le dió una mano (grandísima) su amigo Bob Crumb, un muchacho que por entonces estaba viviendo su propio y particular momento de esplendor.
Gracias a Bob que dibujó y publicó algunos de sus guiones (que lo tenían a Pekar como protagonista), Harvey logró hacerse un hueco en el movimiento under primero y en el futuro, después. Casi nada.

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